LA TELEMETRÍA REVELA SU VERDADERO PILOTAJE
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Sólo él logra con su forma de pilotar un paso por curva 10 km/h más veloz.
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Así gana tres caballos en motores iguales.
La distancia entre unos pilotos y otros se encuentra encerrada en el cráneo. Es un secreto intransferible. «Un gran piloto se diferencia de un gran campeón por su cabeza», dijo hace unos años Valentino Rossi. La cabeza es el motor principal. El otro, con sus cilindros, sólo obedece órdenes. El gas, la frenada, la derrapada, son pura abstracción. Detrás hay un proceso de aprendizaje. Para algunos, la mecánica es sencilla, intuitiva, como el profundo talento de Stoner. Otros necesitan interiorizarlo y ensayar una y otra vez.
Márquez es un cóctel explosivo. Su instinto en moto es el de un vaquero, cabalga por encima de los pianos con la fusta en la mano, acodándose sobre el asfalto cuando lo necesita, haciendo bailar a su moto para hacerla entrar en la razón de una curva inimaginable. «Hasta mitad del año pasado no sabía cómo disfrutar con la moto». Ahora, juega en el alambre. Su agresividad es endemoniada. Y lo conjuga con una visión de las carreras propia de un veterano.
«Para mí es impresionante. Nunca vi algo parecido en mi vida, incluso cuando trabajé con Gardner o Lawson», explica Didier Langouet, ingeniero de Suter, la marca que se ha proclamado campeona por vez primera en Moto2. Su forma de sentir la moto es prodigiosa a su edad. «Es muy joven y consigue entender cosas y transmitirlas como no he visto a nadie», añade el técnico, que no cree posible equiparar a Marc y a Rossi «porque es difícil comparar pilotos. Son diferentes: a Vale le gusta el show y Marc no es así», pero sí afirma que técnicamente, Marc quizá supera al italiano: «Para mí, Marc es más eficiente como piloto».
ASPAR
«No es que su moto acelera más, él acelera más y antes»
Patrick Primmer, un australiano que trabaja para Öhlins, marca de muelles y amortiguadores, y que se desdobla entre el box de Lorenzo y Marc, no dio crédito la primera vez que lo conoció. «Hay pilotos que necesitan años para transmitir lo que se siente encima de la moto y él, el primer día, ya me dejó pasmado». Además de su fluidez para relatarle con fidelidad lo que sentía en inglés, idioma con el que se comunica con Santi Hernández, su jefe de mecánicos desde 2011.
Para este mecánico, que trabajó para pilotos como Crivillé, Rossi o Gibernau lo más llamativo es lo que el ojo no ve. «La telemetría dice muchas cosas sobre Marc. Sorprende ver cómo conduce, cómo acelera, cómo pasa por curva. Nos sorprende la facilidad que tiene para adaptar su pilotaje a los problemas de la moto y cómo los suple», revela Hernández para el que Marc trabaja duro en un aspecto clave: «Se centra donde él sabe que, por su pilotaje, no puede mejorar el tiempo. No muchos pilotos están capacitados».
Cuestionado en algunos foros que arguyen que, aunque los motores de Moto2 -Honda- son todos iguales, algo esconden en el equipo, Márquez nunca hizo caso de las especulaciones. Tampoco algunos de sus rivales. Aspar, ex piloto y director de un equipo en Moto2 con dos Suter, desvela la pócima mágica de Márquez. «Comparando nuestra telemetría con la suya es asombroso lo que se ve», dice.
EL DATO
35 segundos más veloz la carrera de Indianápolis de 2012 que la de 2011.
Y lo que se descubre es un estilo particular que encierra los caballos de potencia no debajo del carenado sino en su muñeca. «Tiene un paso por curva sensacional, unos 8 ó 10 km/h más rápido que nadie, eso le permite tener dos o tres caballos en la mano cuando acelera porque estas motos corren todas igual», asegura.
Santi corrobora esta información. «Cuando haces un paso por curva rápido, el régimen de motor es alto y la aceleración es mayor. Con estos motores muy estándar cuando más bajo vas de revoluciones más cuesta llegar al mejor par del motor», explica su mecánico, basando su técnica en una buena colocación de la moto en la frenada, dejándola correr después.
Aspar cree que, la diferencia entre Marc y los demás en el régimen del motor es de 500 rpm. «No es que su motor acelere más, es que él acelera más y mucho antes», confirma. Esta técnica hunde sus raíces en la experiencia de 2011. «De este año al pasado hemos visto en el ordenador que pasa unos 5 km/h más rápido por curva. Los neumáticos han cambiado un poco y el chasis, pero lo hace siempre», asegura Hernández, que ha visto a un Marc «más maduro. Al principio le llevaba la moto a él y ahora él lleva a la moto». Como ejemplo, Indianápolis. «La carrera fue 35 segundos más rápida, casi un segundo y medio más veloz por vuelta.